Cuba: Estado fallido.

Ulysses Alvarez Laviada
7 min readSep 24, 2022

En vez de coger dos imágenes de las mejores calles de la Habana antes y despues de 1959, decidí coger dos imágenes de las peores viviendas en una de las provincias mas pobres de Cuba. Las fotos las escogí simplemente tecleando en Google “pobreza infantil en Cuba antes de 1959” y “pobreza infantil en Cuba en 2018”. Los resultados eran de esperar y los puede ver en la imagen de arriba.

Y no olviden un detalle; los rostros en la imagen de antes del 1959 están serios y entristecidos mientras que los rostros en la imagen de 2018 están risueños y bonachones. Ambos, sin embargo, afrontan la misma miseria. Esto puede dar una medida de por qué hay tanta inmovilidad social en Cuba y aunque el cubano promedio este en la miseria la bonachonería es rampante.

El caso actual de la sociedad cubana es un caso muy peculiar.

La situación en Cuba, dado el inmenso éxito de la pátina del bien moral que han manufacturado los comunistas en el poder desde 1959, se ha hecho crítica y alarmante casi en silencio y como un fenómeno social que ha tomado décadas en madurar para mostrar el rostro de una decadencia política psicóticamente en abierto rechazo frontal a su enfermedad y que se reivindica bajo un estoicismo aberrante y forzoso que ha hido perdiendo el zeitgeist de 1959.

Es asombroso que el mal que vemos hoy en Cuba se haya iniciado con los bombos y platillos de justicia social de la revolución más estrepitosa de Latinoamerica mientras lentamente han ido descendiendo y continúan en su descenso infernal bajo la pátina cada vez más fina de justicia social usando guallaberas caribeñas que no sólo ya no le sirven sino que son falstaffianamente abotonadas.

Una pregunta se hace inevitable. ¿Cómo es posible que muchos cubanos aún sigan identificando automáticamente a Cuba y a todos los cubanos con el poder estatal gobernante en la isla desde hace más de 60 años?

Cuando decimos “Juraremos lealtad a la corona” o cuando nos referimos al Pentágono o incluso a Washington, la corona no se refiere al objeto físico, el Pentágono no se refiere al edificio físico y Washington no se refiere a la localidad geográfica.

Así, cuando nos referimos en el Reino Unido a Westmisnter nos referimos al parlamento británico; cuando nos referimos al número diez nos referimos al Primer Ministro o correlativamente cuando nos referimos a Washington nos referimos al gobierno americano y cuando nos referimos a la Casa Blanca nos referimos al Presidente de los Estados Unidos.

No existe en Cuba esta historia lingüística de metonimias en la política y sin embargo existen en Cuba metonimias “rogue” o que no han sido formalmente introducidas por el uso lingüístico oficial y son más bien parte del argot popular.

En el caso particular de la historia política de Cuba la metonimia en unos casos ha actuado como sinécdoque y en otros como metonimia general entre dos palabras abstractas.

En el primer caso de sinécdoque tenemos la palabra Fidel y Martí identificadas automáticamente con las palabras pueblo o nación, o sea, una parte (Fidel-Martí) identificada con un todo (pueblo-nación).

En el segundo caso de metonimia general tenemos las palabras revolución y socialismo identificadas con las palabras pueblo y nación. No obstante, hay un detalle digno de notar aquí. Mientras en Europa y los Estados Unidos estas metonimias han pasado a formar parte del arsenal lingüístico del idioma inglés en general acorde a la especificidad del país en cuestión en Cuba no ha formado parte del arsenal lingüístico de la lengua española sino que se ha quedado “rogue” en su mera operatividad ideológica.

Cuando muchos cubanos pusieron en las puertas de sus casas al principio de la revolución, “Esta es tu casa Fidel” precisamente inauguraron esta sinécdoque política de identificación de un individuo y su aparato político ideológico con el pueblo y la nación cubana.

Fue una sinécdoque automática que mientras ha reinado y sigue reinando por su ausencia en el diccionario de la lengua española ha calado y sigue calando la psique de muchos cubanos que idolatraron y siguen idolatrando a su líder.

El hecho de que la sinécdoque (Fidel-pueblo) y la metonimia (socialismo-pueblo) se hagan automáticas y continúen siendo “rogue” sin que puedan ser aceptadas o aceptables dentro de la lengua española tiene sin dudas explicaciones históricas y políticas muy importantes.

Mientras el socialismo (el control férreo del Estado) en Cuba se ha convertido forzosamente en el status quo oficial por designio y por espontaneidad instrumentada, este nunca ha logrado convertirse en un estado de laissez-faire a pesar de siempre haber sido su sueño comunista.

El último objetivo del socialismo ha sido alcanzar un estado de laissez-faire bajo una futura sociedad comunista, y entiéndase laissez-faire aquí como la política de dejar que las cosas sigan su propio curso, sin mucha interferencia del Estado.

Laissez-faire, sin embargo, nunca ha significado ni nunca significará ausencia total del Estado aunque la utopía de Marx fue la desaparición del mismo. Es por ello que el error congénito al socialismo cubano y toda forma de socialismo es hacer status quo oficial la identidad metonímica entre el Estado y el pueblo, y entre el pueblo y el partido político en el poder mucho antes de lograr el tan deseado estado de laissez-faire comunista.

Fue así cómo la ideología comunista en Cuba se convirtió en una asignatura más a estudiar como se aprende, digamos, el lenguaje español desde la casa y las escuelas primarias. La ideología comunista se des-politizó, se des-ideologizó y se convirtió en una disciplina “a-política” en el sentido en que su verdad se hizo apodíctica, natural y no contingente, subjetiva o abierta al debate.

Esto explica por qué nunca fue necesario abrir la caja de Pandora de las famosas palabras a los intelectuales deFidel porque por mucha vuelta “democrática” que se le diera a la tinaja de la revolución el único bien que los cubanos habían metido en ella fue al mismísimo Fidel Castro. Esta claro que ya Fidel desapareció y que ya no hay nada en la tinaja de Pandora mas que un fantasma. Es este vacío simbólico y real lo que ha iniciado la decadencia ideológica del legado de Fidel. A la élite comunista no le queda otra opción que pirotecnia política y “puestos a dedos”.

Esto sin dudas ahora puede verse como muy dogmático y reaccionario pero tomemos en consideración que casi nadie hoy en día se cuestiona la gravedad o las leyes descubiertas por Newton. Y no es que Newton sea cuestionable hoy en día sino que el principio de falsabilidad de Karl popper se aplica a Newton una vez que miramos a las teorías de la relatividad de Einstein. Newton no es negado sino más bien circunscrito bajo ciertas condiciones.

El problema con la ideología comunista cubana (y con toda ideologia comunista) es que ha sido establecida como válida no bajo ciertas condiciones posibles y reales sino simplemente como irrefutable y sólo abierta a cambios cosméticos supeditados a una continuidad férrea por encima de razonamientos y pruebas empíricas validas.

El círculo vicioso en el que el régimen comunista cubano ha caído, voluntaria una veces y como estrategia política claramente afirmada en contra de sus “enemigos” otras, es que todo cambio positivo radical tiene que darse “dentro” de la revolución de lo contrario es traición al pueblo y a la soberanía de la nación.

Sin embargo, a menos que el concepto de revolución tenga una definición clara y restrictiva y a menos que el socialismo no deje de ser un estado de derecho natural la nación cubana nunca podrá dar cambios positivos radicales si el socialismo solo puede puede existir sobre la base de un principio dogmático esencialista que le haga sobrevivir a toda costa. Esto, en términos tanto prácticos como teóricos, le es y le ha sido constitutivamente imposible al socialismo o cualquiera de sus variantes.

Nadie está interesado en hacer sobrevivir las leyes de Newton si descubriéramos en el futuro que están totalmente equivocadas, a menos por supuesto que del sostenimiento de tales leyes ya probadas erróneas dependiera la sobrevivencia del status quo del antiguo régimen que no sabe beneficiarse o encontrar modos de transición positiva a algo radicalmente mejor.

El truco para el antiguo régimen cubano es aprovecharse del status quo de aprobación que se han ganado y manufacturado dando la impresión que se vive en un “laissez-faire” naturalmente creado por los comunistas en el que el pueblo es espontáneamente obediente a la moral socialista y solo quisieran la muerte a cambio de otra cosa. Es por ello que el eslogan Patria o Muerte y Socialismo o Muerte se han revitalizado en los últimos años.

El antiguo régimen revolucionario cubano sigue dando las apariencias falsas de seguir consolidándose por medio de la continua manufactura ideológica y metonímica entre el Estado, el PCC, la revolución, el pueblo y la nación cubana. En este caso el PCC es la revolución, es el pueblo, es la nación, es el Estado y es el gobierno de manera “rogue” aunque de manera constitucional han creado todos los “pero” y los “no obstante” legislativos para hace de manera ejecutiva literalmente lo que se les antoje.

Así bajo estos preceptos el antiguo régimen se puede eternizar en el poder indefinidamente. Solo que han olvidado una cosa crucial: La lógica socialista, de cualquier manera que se analice es una lógica sometida inexorablemente a la ley de los rendimientos decrecientes. O sea, se puede disimular con tiempo prestado casi indefinidamente pero el fin les llegará. El desgobierno comunista cubano es un Estado fallido y por entropia natural tendrá que deshacerse y darnos a los cubanos algo mucho mejor.

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Ulysses Alvarez Laviada

Genuine tragedies in the world are not conflicts between right and wrong. They are conflicts between two rights. Friedrich Hegel.